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PSICOLOGÍA DE ADULTOS

La transición de la adolescencia a la edad adulta, así como la propia etapa adulta, puede ser un proceso lleno de desafíos. Estos cambios suelen acompañarse de momentos complicados que nos llevan al límite, provocando una sensación de inestabilidad en todo lo que nos rodea. Las dificultades pueden surgir de una situación específica o, en muchos casos, ser el resultado de una acumulación de eventos estresantes a lo largo del tiempo.

Cuando estas situaciones no se gestionan de manera adecuada, se genera un malestar general que puede ser profundamente agotador. La monotonía de la rutina diaria, la falta de certeza sobre el rumbo de la vida, las dudas persistentes y, sobre todo, la culpa por sentirse de esa manera, pueden agravar este malestar. Esta culpabilización, combinada con la percepción de incapacidad para salir de esa situación, puede obstaculizar el desarrollo personal, generando un desequilibrio interno. Por ende, debe ser abordado considerando todas las áreas adyacentes de cada persona para poder tratar la problemática en su máxima totalidad.